ANESTRO
Se denomina anestro a la no observación de celo en hembras aptas para la reproducción,
tanto en ganado de leche como en ganado de doble proposito
y de carne, siendo de mayor incidenca en estos dos últimos.
ANESTRO VERDADERO.- Se considera como anestro verdadero la
no presentación de síntomas de celo por alteraciones del
tracto reproductivo o gestación. Constituye el 10% de los
anestros, siendo fácil su manejo clínico.
SUBESTRO.-
También denominado "celo silencioso" o "anafrodisia", se
caracteriza porque la hembra no manifiesta sintomas de celo o
no se detectan por una deficiente observación de los mismos.
Se
presenta con frecuencia en hatos alimentados exclusivamente en
pastoreo, estando relacionado con un desbalance nutricional
durante el pre y postparto, alta producción de leche, bajos
niveles de estrogenos al momento del celo y una baja
sensibilidad del SNC por parte de la progesterona durante el
postparto, similar al que tiene lugar en novillas en el
período inicial de la pubertad.
Representa
el 90% de las restantes vacas anestricas, estando influenciado
por diferentes y variados factores como la raza, condición
corporal, estrés calórico, sistemas de detección de celos, lo
cual ha dado lugar a una gran variedad de sistemas de manejo
del ciclo estral, tendientes a mejorar la fertilidad del
hato, mediante protocolos de inducción de celo, sincronización de
celos, Inseminación Artificial -I.A- Inseminación a Tiempo Fijo
-IATF- , así como la implementacón de nuevas técnicas de
Reproducción Asistida encaminadas a obtención del mejoramiento
genético de las explotaciones ganaderas.
Estos
temas son tratados en el Manual de Biotecnología Reproductiva,
en el cual se exponen las distintas técnicas empleadas en
estos aspectos.
Existen
los denominados anestros fisiológicos como el prepuberal,
postpartal, lactacional, postservicio asociado éste último con
gestación. (ZEMJANNIS)
Por su alta incidencia
y las perdidas económicas resultantes por este concepto, el
anestro es una de las principales causas de infertilidad en
bovinos, estando bien documentado gracias a los registros
detallados del comportamiento reproductivo tanto en hatos de leche como de carne.
Para
lograr un diagnóstico lo más aproximado posible del anestro,
se debe efectuar un examen sistemático del tracto reproductivo,
con el fin de determinar la funcionalidad ciclica de los
ovarios o la presencia de afecciones del mismo, siendo una de
las funciones del profesional determinar la causa del mismo,
no contempladolo como un caso aislado e individual de
la hembra, sino como un problema del hato en general, con
el fin de tomar las medidas correspondientes a disminuirlo al
máximo posible.
En
este capítulo trataremos lo relacionado con el anestro
verdadero originado por alteraciones del tracto reproductivo.
Las principales causas de anestro verdadero son:
- Preñez
- Metritis
- Piometra
- Momifiación
- Maceración
- Freemartin
- Enfermedad de la Novillas Blancas
- Quistes ováricos
FREEMARTIN
El freemartin es la atrofia total del tracto genital femenino, anomalía conocida también como quimerismo XX/YY en bovinos. Afecta las hembras nacidas en aproximadamente el 92% de los partos gemelares macho-hembra. Se debe a la influencia de tipo hormonal que se origina en el embrión masculino, predominando sobre el femenino, en gestaciones univitelinas.
Este intercambio se origina por una anastomosis vascular que une las ramas principales de los vasos umbilicales en el borde cóncavo de las membranas coriales adheridas, estando ligada a la inversión del control hormonal por parte del embrión masculino.
La regresión de los conductos de Muller ocurre simultáneamente en machos y hembras Freemartin. Ambos gemelos presentan alta y positiva correlación en las concentraciones de Hormona Anti-Mulleriana -HAM-. En las gónadas de hembras freemartin después del día 80, se diferencian los túbulos seminíferos y secretan HAM, lo que sugiere que en el embrión hembra la regresión de los conductos de Muller está mediada esencialmente por la producción de esta hormona por el testículo del embrión macho.
CABIANCA et al. demostraron que las gónadas masculinizadas en las hembras freemartin, tienen un papel activo en la producción de HAM, por lo que el efecto de inhibición del conducto de Muller, se da tanto por la HAM procedente del gemelo macho, como por la producida por las gónadas de la misma hembra freemartin.
El síndrome freemartin no es heredable, pero si hay propensión a la gemelaridad. La incidencia de partos gemelares varía ampliamente en bovinos. En razas como la Simmental se reprotan porcentajes de 2.4 a 4.6%, en Holstein 0.5 a 4.2% y en Charolais de 2.5 a 3.2.% (MARCUM) (KASTLI)
Hasta 1977 se definía una hembra freemartin como una ternera estereril nacida gemela con un ternero normaal. No obstante se ha sugerido que el freemartin podría producirse en nacimientos de hembras únicas, como consecuencia de la muerte fetal precóz y reabsorción del gemelo macho después del tiempo de diferenciación sexual y del establecimiento de la anastomosis vascular. (Van HAERINGEN)
Los sintomas de del Freemartin son:
- Anestro.
- Hembra gemela con macho.
- Vulva pequeña con mechon de pelo.
- Clitoris hipertrofiado notablemente.
- Himen persistente caracterísrtico en terneras
- En el límite entre el vestíbulo y la vagina no se presenta abertura alguna.
- Masculinización en la hembra adulta.
Se recomienda efectuar la prueba de permeabilidad vaginal en terneras gemelas con macho.
ENFERMEDAD DE LAS NOVILLAS BLANCAS
Consiste en la aplasia segmentaria de cualquier parte del tracto genital femenino. Las hembras afectadas son estériles debido a la naturaleza bilateral de los defectos. Belgian Blue y Shorthorn blanco. El color blanco se hereda como rasgo recesivo y se asocia a defectos del aparato reproductor den la hembra.
Las causas de la aplasia segmentaria es de tipo genético, relacionado con el efecto pleiotrópico del gen codominante del color blanco. Ocurre con mayor frecuencia en el útero, cervix y vagina, en las que los ovarios generalmente son normales. Su efecto sobre la fertilidad dependerá de si es uni o bilateral y de su localización en el tracto reproductivo. (CRUZ)
Las alteraciones más frecuentes se manifiestan en constricción del himen, mimen persistente, ausencia de la parte craneal de la vagina, cervix o cuello; diltación quística de los cuernos uterinos, debida a una estrecha franja de aplasia cercana al cuerpo uterino. Con mayor frecuencia solo existen los extremos de los cuernos uterinos que contienen moco de color marrón o amarillo y cuyo tamaño varía con la cantidad de líquido acumulado, pudiendo semejar una gestación de 4 meses.
El diagnóstico puede hacerse por palpación rectal, confirmandose por ecografía o laparotomía. No existe tratamiento y los animales que presentan la anomalía deben ser descartados
QUISTES OVARICOS
Esta alteración se caracteriza por la persistencia
en el ovario de una estructura de tipo vesicular mayor de
2.5 cm de diámetro, generalmente or mas de 10 días, en
ausencia de Cl. La presencia de una estructura quística en unión de un CL por lo regular no es patológico. (SEGUIN)
Los quistes ováricos de las hembras bovinas se originan por una deficienciaa parcial de LH al principio del celo. Las vacas de alta producción de leche están predispuestas a presentar quistes ováricos por la disminución de la actividad luteotrópica de la Prolactina durante éste período, cuya síntesis y liberación se destina principalmente a la producción de leche.
Existen tres tipos de quistes ováricos:
- Quiste foliculares clasicos, mayores del folículo normal, de pared gruesa luteinizada.
- Quistes con luteinización incipiente, cuya capa celular interna muestra una luteinización más o menos extensas.
- Quistes ováricos en cuya pared se hallan dispersas las llamadas islas luteales.
Según el grado de luetinización los tipos 2 y 3 son quistes foliculares tecales o formas mixtas o de transición.n
los quistes luteales, la luteinización se refiere a la teca
interna, en tant que la granulosa ya no suele subsistir. (AL-DAHASH)
No resulta posible una delimitación clínica de los quistes luteales y los foliculares. No se ha podido aclarar, si el quiste luteal persiste durante un lapso de tiempo prolongado, bloqueando el cilco por una producción constante de P4. (GRUNERT)
El líquido de los quistes contiene cantidades variables de P4 pero como es natural ocos estrógenos. LEID et al comprobaron que la riqueza de P4 por ml de líquido quístico aumenta con el tamaño de los quistes, espesor de la pared e intensidad de coloración del contenido.
Los quistes foliculares de frecuente presentación en ganado de leche, reportan una incidencia que oscila entre el 5,6 y el 18.8%, siendo más común en el postparto temprano. (DUQUE)
Ahora bien, los quistes ováricos de las hembras bovinas de las hembras bovinas no son siempre causa de infertilidad, sino que pueden presentarrse como estucturas acompañantes, al parecer exentas de función, durante un ciclo sexual regular y en ciertas circunstancias durante la preñez normal, sin comprometerla. Por tal razón es importantes descartar una gestación en presencia de una estructura quística en el ovario, antes de instaurar cualquier tratamiento. (RIVERA)
No resulta posible una delimitación clínica de los quistes luteales y los foliculares. No se ha podido aclarar, si el quiste luteal persiste durante un lapso de tiempo prolongado, bloqueando el cilco por una producción constante de P4. (GRUNERT)
El líquido de los quistes contiene cantidades variables de P4 pero como es natural ocos estrógenos. LEID et al comprobaron que la riqueza de P4 por ml de líquido quístico aumenta con el tamaño de los quistes, espesor de la pared e intensidad de coloración del contenido.
Los quistes foliculares de frecuente presentación en ganado de leche, reportan una incidencia que oscila entre el 5,6 y el 18.8%, siendo más común en el postparto temprano. (DUQUE)
Ahora bien, los quistes ováricos de las hembras bovinas de las hembras bovinas no son siempre causa de infertilidad, sino que pueden presentarrse como estucturas acompañantes, al parecer exentas de función, durante un ciclo sexual regular y en ciertas circunstancias durante la preñez normal, sin comprometerla. Por tal razón es importantes descartar una gestación en presencia de una estructura quística en el ovario, antes de instaurar cualquier tratamiento. (RIVERA)
SINTOMAS
La apriencia física de las vacas con quistes ováricos depende de la duración de la condición. En casos agudos no hay cambios observables, pero en casos crónicos el signo más constante y predominante es la relajación de los ligamentos del cinturón pélvico, la inclinación de la pelvis y la elevación de la raiz de la cola, formando la llamada "joroba de la esterilidad". En casos crónicos aparecen signos de virilismo o "vaca machorra".
Las hembras manifiestan un comportamiento anormal de estro, son signos frecuentes o continuos de celo, a intervalos cortos de menos de 17 días, condición denominada "ninfomanía", en donde los quistes son multifoliculares, presentando después signos de anestro. El anestro es el síntoma más frecuente, en especial en vacas que desarrollan quistes antes de los 60 días postparto.
A la palpación, la vulva aparece edematosa y aumentada de tamaño, con descarga de moco opaco de color grisáceo blanquecino. El útero está edematoso, atnía, flacidez y paredes delgadas. Histológicamente el endometrio presenta hiperplasia de la mucosa con dilatación quística glandular.
En casos crónicos se desarrollan mucómetra o hidrómetra y mucocervix. A la exploración vaginal el orificio externo del cuello es generalmente grande, dilatado y relajado, permitiendo el paso de un dedo.
DIAGNOSTICO
El dignóstico se efectúa por medio de la historia clínica reproductiva y el hallazgo de una estructura vesicular de más de 2.5 cm de diámetro, que persiste luego de dos controles por palpación o ecografía, en ausencia de CL.
Sinembargo, el tamaño está influenciado por el grado de crecimiento del FD que va a desarrollarse como quiste, ya que el FD destinado a atresiarse es de 7 a 10 días, con la consiguiente reducción de su tamaño al final de la atresia. En el caso que el FD se desarrolle a quiste, su ciclo quístico es de 20 a 26 días, cambiando su diámetro y actividad funcional según la etapa de desarrollo del mismo. De otra parte se pueden desarrollar nuevos folículos como quistes en el mismo ovario o en el ovario contralateral. (RUTTER)
Ni el quiste luteal ni los quistes con luteinización incipiente pueden diagnosticarse clínicamente como tales, ya que la diferenciación de quiste folicular o luteínico no es facil a la palpación, aún para clínicos experimentados, debido a que su forma, fluctuación y espesor parietal, muchas veces son idénticos.
Se afirma que los quistes foliculares poseen una pared más delgada, cuya ruptura manual accidental es frecuente a su palpación, deja un cavidad del tamaño de un pulpejo de dedo. En cambio los quistes luteínicos clasicos muestran pared más gruesa, bien palpable, eventualmente apropiada para su enucleación. Esta sintomatología corresponde solo a una parte de los quistes, por lo que son numerosos los diagnósticos erróneos. El diagnóstico ecográfico del quiste permite confirmar el diagnóstico por palpación..
La diferenciación entre quiste folicular o luetínico podría resolverse por el análisis hormonal en sangre a leche, respecto del contenido de P4. El quiste folicular tecal no cede P4 a la circulación general ni a la leche, a diferencia de los quistes luteales clásicos, que si lo hace, lo que bloquea el ciclo durante un lapso prolongado. Un nivel elevado de P4 ligado a una formación grande y fluctuante en un ovario, sería indicio de quiste luteal. El resultado negativo de la presencia de P4 en la sangre o leche excluye solamente la existencia de quiste luteínico. En la practica se considera que su diferenciación no es tan indispensable, pues el tratamiento es el mismo.
En un estudio en donde se investigó la precisión diagnóstica de los quistes por palpación rectal, realizada por dos clínicos experimentados, comparándola con la ecografía y determinando los niveles séricos de progesterona en todas las vacas, al quiste folicular le correspondió ≤ 0.5 ng/ml, en cambio el quiste luteal tenía >0.5% ng/ml de progesterona, se pudo determinar que el diagnóstico por palpación rectal fué correcto en el 51.1% de los casos (27 d 47 vacas); por el contrario la ecografía tuvo una precisión del 85.1% (40 de 47 vacas). El diagnóstico fué correcto por ecografía para el 90% de los quistes luteales y para el 75% de los quistes foliculares. (FARIN)
Los quistes
foliculares frecuentes en el postparto tardío se pueden
solucionar efectivamente si se diagnostican en los primeros 90
días, además el tratamiento realizado después de detactado el
quiste folicular entre los 80-90 días postparto.
PRONOSTICO
El 60% de los quistes ováricos diagnosticados durante el puerperio clínico 20 a 30 días postparto, se recuperan antes de la primera ovulación postparto y el 20% después de la primera ovulación postparto. En caso de persistir se debe instaurar una terapia inmediata. El pronóstico es bueno antes de que se presenten sintomas de cronicidad como la joroba de la esterilidad y la masculinzación de la hembra.
TRATAMIENTO
Todos los esquemas terapeuticos deben tener como objetivo restablecer el ciclo estral normal lo más rápido posible, estimulando la formaciónn de tejido lúteo funcional. Esto se logra al luteinizar el quiste en el caso que las células de la granulosa respondan al estímulo hormonal luteinizante, aunque sea parcialmente. Esta luteinización sucede por lo generalmente sin ovulación, pudiendose presentar la luteinización de otros folículos presentes al momento del tratamiento, con o sin ovulación, por la formación de tejido luteal que actúa como normalizador del ciclo alterado mediante la sintesis de P4, al actuar a nivel del eje Hipotálamo-Hipófisis-Gonada.
Se recomienda servir la hembra al primer celo después del tratamiento exitoso, pues si se preñan, los quistes tienden a no repetirse. Si se deja que pasen dos o tres ciclos después del tratamiento, antes de servirlas, es posible que el quiste recidive.
Luego de un tratamiento exitoso se palpa un CL 7 a 14 días. Sinembargo, la ausencia de CL
no debe interpretarse como una falla del tratamiento ya que el
quiste puede luteinizarse sin cambios notorios de las
estructuras palpables. Lo anterior, además del hecho de que muchos animales manifiestan
celo normal a los 20 días del tratamiento, permite que las
vacas no sean tratadas de nuevo contra el quiste, antes de 3
a 4 semanas, a menos que los síntomas de ninfomanía persistan.
No se deben tratar las hembras con quistes ováricos, que simultáneamente presenten urovagina, mucómetra, hid´rometra o adelgazamiento de la pared uterina, puesto que estas afecciones alteran parcial o totalmente el endometrio.
RUPTURA MANUAL DEL QUISTE
Hay una gran variación en los porcentajes de preñez alcanzado con este método, que va del 25 al 67%. Los efectos colaterales y secundarios incluyen: una alta recurrencia del quiste y un largo período de recuperación, hemorragias, oforitis, salpingitis, adherencias en la fosa ovárica con trastornos en la ovulación y transporte del oocito. Es una práctica innecesaria y contraindicada.
Es de anotar que en algunos casos el palpar el quiste este se rompa accidentalmente, debido a una pared quistica delgada y debil.
TRATAMIENTOS HORMONALES
GnRH
La GnRH o alguno de sus análogos sintéticos a las dosis de 10 - 50 - 100 o 250 µg IV o IM, administrada a vacas con quistes ováricos, inducen un pico preovulatorio de LH y FSH, similar al del ciclo estral dentro de 1.5 hs del tratamiento, con una duración de 4 hs.
Después de un tratamiento exitoso con GnRH los quistes se luteinizan y reducen las concentraciones de LH y 17β estradiol en 24 hs, las concentraciones de P4 aumentan dentro de los 5 a 9 días, restableciendose los ciclos generalmente dentro de los 18 a 30 días, con ovulación del folículo dominante. No se ha observado la ovulación del quiste luego del tratamiento.
La recuperación se logra en un 60 a 80% de los casos entre los 18 a 30 días, con una concepción del 49 al 65% al primer celo observado. (RUTTER)
No se recomienda repetir la administración de GnRH en los casos sin respuesta al tratamiento, ya que la falla se debe a la incapacidad del ovario a reaccionar a la LH por la fibrosis, la dgeneración de la teca/granulosa, lo que origina reducción de receptores de LH en el folículo.
Los animales con quiste folicular o luteínico, independientemente de su comportamiento de ninfomanía o anestro, dieron resultados similares de respuesta a la GnRH. (NANDA)
hCG
La hCG posee actividad LH, siendo la hormona de mayor empleo en casos de quiste, a dosis diferentes y vía de administación distintas.
Se emplean dosis de hCG de 2.000 a 5.000 UI vía IV y de 5.000 a 10.000 µg vía IM o Sc. La actividad Lh induce la luteinización del quiste y el aumento de la concentración plasmática de P4 a los 4 a 11 días después del tratamiento, lo cual se manifiesta por la regresión del tamaño del quiste y una mayor firmeza de la pared del mismo. Si hay sintomas de ninfomanía, estos cesan entre los 36 días siguientes y el animal entra en celo entre los 20 y 30 días post tratamiento.
Simultáneamente se observa, además de la luteinizio ación, ovulaciones simples o multiples de folículos dominantes o subordinados del ovario ipsilateral o contralateral al quiste.
Se estableción un ciclo estral fértil en el 60 a 80% de los casos después del tratamiento, con una tasa de concepción del 30 a 58%. Por ser la hCG de alto peso molecular existe la posibilidad de reacción anafilactica en tratamientos repetidos.
En un estudio realizado por ROMERO et al se trataron vacas diagnosticadas con quiste folicular por palpación, después de un tratamiento superovulatorio. Un primer grupo recibió tratamiento de 100 µg de Fertirrelin® (GnRH) , un segundo grupo con 5000 UI de hCG y un tercer grupo con 25 mg de LH.
Debido a que la principal alteración de los ovarios quisticos es a nivel de retroalimentación, con lo que se altera la secreción de LH y por eso el pico preovulatorio de esta hormona, los tres tratamientos son efectivos en la resolución del quiste ovárico ye el restablecimiento de los ciclos normales. (ROMERO)
PROGESTAGENOS
La progesterona tiene variadas actividades fisiológicas sobre el ciclo estral:
- Regula la frecuencia pulsatil de LH.
- Sensibiliza el hipotálamo a generar un pico de LH en respuesta a una concentración aumentada de estradiol, por lo que la P4 exógena al disminuir la secreción basal y la frecuencia pulsatil de LH induce la regresión del quiste y la iniciación de una nueva onda de crecimiento folicular.
- Inhibe la secreciónn de estrógenos por las células de la granulosa por efecto local.
- Regula el número re receptores de estradiol en el hipotálamo medio-ventral, en la región donde el estradiol actúa para inducir el pico de gonadotropinas.
- Neutraliza los efectos de los estrógenos producidos por el quiste. (CARATY)
La concentración basal y la frecuencia pulsatil de LH dentro de las 24 hs siguientes, en vacas con quiste + PRID, permaneció más baja que en las vacas con quiste sin PRID, por varios días. Esta reducción en la concentración basal y la frecuencia pulsatil de LH, son probablemente insuficientes para mantener los quistes, lo que conduce a la regresión funcional del mismo, reduciendo su tamaño y la emergencia de una nueva onda de crecimiento folicular. El tratamiento con PRID tuvo valores de P4 entre 2 a 3 ng/ml durante 6 días, para luego declinar gradualmente hasta su retiro. (CALDER)
En vacas con quistes luteínicos, la aplicación de PRID tiene respuesta terapéutica variable segun la duración del tratamiento, no respondiendo cuando se deja por 7 días, pero si con 12 días. En algunas vacas los quistes regresaron en 1 a 2 semanas. Durante el tratamiento hay desarrollo folicular, presentandose en las vacas que responden, un intervalo entre el inicio del tratamiento y el estro de 14 a 18 días. En vacas con quistes foliculares tratadas con PRID, los quistes pueden persistir por largos períodos, hasta de 18 días, y desencadenar celo y ovulación después de 14 días. Se ha logrado un 68 a 88% de tasa de recuperación y 55 a 72% de tasa de concepción con 1 a 3 inseminaciones.
La aplicación única de progesterona a dosis de 50 a 60 mg IM, ha inducido una tasa de recuperación del 50 a 76% y una concepción del 50 a 68% con 1 a 3 inseminaciones. (RUTTER)
PROSTAGLANDINAS
La PGF2α
induce la lisis de un quiste luteal (> 1 ng/ml de P4
plasmática y una disminución en la concentración de P4)
seguido de un celo normal en 3 a 8 días después del
tratamiento. Administrada a vacas diagnosticadas correctamente con
quistes luteales tiene una tasa de recuperación del 87 a 96%
dentro de los 8 días y un 43-78% de tasa de concepción
total, siendo similares a las que se producen con los
tratamientos con hCG, GnRH y PRID. (RUTTER)
TRATAMIENTOS COMBINADOS
Los tratamientos más empleados son el de hCG + PGF2α y GnRH + PGF2α administrando las prostaglandinas 9 a 15 días después de la hCG y GnRH.
GnRH+PGF2α
La administración de GnRH seguida 7 días más tarde por una inyección de PGF2α está asociada con una recurrencia más alta de quistes, siendo más efectivo el tratamiento GnRH + PGF2α a los 9 días después.
Esto hace pensar
que se necesita un período mínimo o umbral de exposición a
la P4 para el restablecimiento de un ciclo estral normal.(RUTTER)
En otro trabajo, se trataron vacas con quistes ováricos mediante la administarción de dosis dobles de GnRH y PGF2α
. A las vacas diagnosticadas ecográficamente con quistes
foliculares se les aplicó un tratamiento de 5 ml de Conceptal® (100µg acetato de Buserelina). Si a los 14 días, el quiste estaba luteinizado se aplicaron 2 ml de Estrumate® (500µg
de cloprostenol sódico)ealizó. Se realizó insemnación artificial
y se determinó preñez entre 40 a 60 días. Este tratamiento
es efectivo para resolver el 74.12% de los casos, con una
tasa de preñez del 70.5%. Las vacas que no luteinizaron el
quiste a los 14 días se les repitió
de nuevo el tratamiento y se les observó el celo,
finalizando con un tercer tratamiento a las que no
respondieron al seguno. S con éste último no hubo respuesta
se descarto la vaca.
Este
estudio demostró que los quistes foliculares se presentan con
relativa frecuencia en el postparto tardío, pero se pueden
solucinar efectivamente si se diagnostican en los primeros 90
días, siendo efectivo el tratamiento realizado después de detectado el quiste folicular entre los 80 - 90 días postparto. (DUQUE)
En
otro estudio se utilizaron 40 vacas Holstein diagnosticadas con
quiste folicular por ecografía. Se distribuyeron en dos grupos
aleatorios de tratamiento. T1 20 vacas tratadas con 500 µ de GnRH más 15 mg de PGF2α el día 10 después de la GnRH y T2: 20 vacas tratadas con dispositivo intravaginal (1.9 gm progesterona) por 10 días y 250 de progesterona IM, más 15 mg de PGF2α el día del retiro del dispositivo.
El
tamaño del quiste se determinó al inicio del tratamiento y 10
días después. Las vacas se inseminaron 12 horas despes del
celo detectado. El diagnóstico de gestación se realizó por
ecografía 35 días después del servicio.
El
porcentaje de respuesta al tratamiento fué mayor en las vacas
T2 (80%) comparativamente con las vacas que recibieron el T1
(20%). La incidencia de celos fué similar en los dos
tratamientos. La fertilidad fué mayor en las vacas del
tratamiento T2 (45%) respecto de las del tratamiento T1 (15%),
concluyendose que el tratamiento con dispositivo intravaginal,
progesterona IM y PGF2α, es más efectivo que el empleo de GnRH más PGF2α. (ROMERO)
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